Relatos

miércoles, 19 de marzo de 2014

Capítulo 14

Estaba asustada, no sabía que hacer. Tenía miedo, miedo por él y miedo por mi misma. Me giré para irme pero escuché unos pasos. Era un hombre con la cara tapada, con una especie de máscara.
-¿Qué quieres?- le dije
El hombre enmascarado no contestó.
-¿Qué quieres? Ya me habéis quitado todo lo que realmente quería, si mi padre quiere que me vaya con Peeta vale, me iré pero a Alex dejarlo en paz.
-Esto no es por tu padre ni por Peeta- dijo el hombre
-¿Por quién es entonces?- dije yo
- Es por ti
-¿Por mi?
-Si, por ti. El hombre que dice ser tu padre no es tu padre en realidad.
-¿Qué?
-Tu verdadero padre está en la cárcel, fue culpado por un delito que hizo el hombre con el que vives. 
-¿Qué hicieron? Basta de mentiras por favor
-El hombre con el que vives, mató a un hombre pero culpo a tu padre y por eso él está cumpliendo condena por una cosa que no hizo.
-Esto es una locura
-Por favor, créeme. Es importante que me creas
-Pero esto es una locura... Parece una película.
-Mira esta foto, es una foto con tu madre, y tu verdadero padre.
Mi madre tenía esa sonrisa que tanto extrañaba en ella.
-¿Y Alex?
-Alex está bien, no te preocupes.
-¿Cómo te llamas?
-De momento, eso no es asunto tuyo.
-Oh venga ya, ¿En serio?
-Andando- dijo el chico misterioso
Fui andando con el chico poco a poco y en el centro de una plaza, había un helicóptero 
-¿A dónde vamos?
-Sube y no preguntes 
-Cuanto misterio
No me contestó, subí al helicóptero y habría alguien que no conocía de pie.
Lucía como alguien que estaba esperando esto, llevaba unos pantalones negros pero estaban rotos, y una camiseta blanca. Llevaba una barba de unos días y tenía el pelo un poco canoso.
-¿Quien eres? ¿Me conoces?- le pregunte yo
-Siéntate y abrochate el cinturón, despegamos en 5 minutos. 
-Ag si alguien no me dice nada voy a estallar.
-Te prometo, que cuando despeguemos te contaré todo lo que quieras saber.
-Esta bien
De mala gana, me senté en el asiento y me abroché el cinturón.
-¿Despegamos ya o que?
-Dios cállala, Adrián.
Vino el chico que había conocido antes en el bosque y me dijo:
-Mira, niña ta cállate o no te contaremos nada.
Adrián me asustó, por eso, me callé.
A los pocos minutos despegamos y vi al hombre venir hacia mi, se sentó a mi lado y me preguntó:
-¿Qué quieres saber?